KOΣMOS ISRAELÍ Y MÁS ALLÁ CON ÁNGELA MARÍA ARBELÁEZ - KOΣMOS Israelí y Radio Sefarad, continúan su recorrido por la amplia geografía de Israel y Tierra Santa. Hoy, gracias a la invitación del área económica de la Oficina de Prensa del gobierno de Israel (GPO) y la Cámara de Comercio Israelo - Palestina. A nuestro arribo a la bella región de Samaria, visitamos dos empresas del parque industrial Barkan, situado a 25 kilómetros de Tel Aviv, al otro lado de la Línea Verde. En esta zona de gran auge económico, cientos de israelíes trabajan con cientos de palestinos en las más de cien empresas israelíes que se encuentran en esta pujante y polémica zona industrial. Un gran número de los empleados vienen de la ciudad de Ramala o pueblos vecinos, ciudadanos árabes que trabajan mano a mano con ruso-parlantes: musulmanes, judíos, drusos o cristianos en busca de su sustento y mejor manera de ganarse la vida: trabajando. Nos recibe Moshe Lev-Ran, director de exportaciones de Twito Plast. Esta compañía de plásticos emplea a 40 palestinos de los pueblos cercanos y a 80 israelíes. Este ingeniero ve con preocupación la decisión de la UE de etiquetar los productos que vienen del área controlada por Israel desde 1967: las consecuencias negativas son para los palestinos. “¿Qué pasará con los palestinos si la UE no compra nuestros productos?”, se pregunta ante los periodistas Lev-Ran. Twito Plast exporta a España y a otros países europeos, además de a Estados Unidos. Sus productos consisten en partes para sistemas de aire acondicionado. Y aunque aún el boicot no ha tenido consecuencias negativas en las exportaciones, hay temor de que ello ocurra. Nina, ruso-parlante, lleva varias décadas trabajando en esta compañía. "Trabajamos en paz, 21 años como hermanos. Nos alegramos juntos de un nacimiento, de cualquier celebración. Si nosotros no tenemos este trabajo podremos salir adelante, pero si mis compañeros árabes lo pierden, esto es el fin para ellos". A Lena, de 62 años, originaria de Ucrania con una sonrisa maravillosa y una que otra cana, trabaja desde hace 18 años y la encontramos al lado de su compañero de Ramala, Hetmat, de 46 años, con piel curtida y cabellera negra. Acomodan cajas, productos. Ambos llevan el mismo uniforme, ambos reciben los mismos salarios y prestaciones según las directivas de Twito Plast y proveen con sus ganancias un sustento para sus hogares. Se comunican en hebreo pero en las zonas claves de esta fábrica vemos notas, avisos en árabe. Al fin de cuentas los palestinos son el casi 40% de la mano de obra. Y es que el conflicto no puede ser una barrera para el desarrollo o economía. Para varios de los empresarios "la zona industrial debe conservar su carácter como parque industrial, así acabe siendo israelí o palestina".
Dany Catarivas, presidente de la Asociación de Fabricantes de Israel, expresa su deseo "de que no estemos en la Tercera Intifada”, a pesar de no querer hablar de política. Si se llega a una solución de dos estados, Catarivas propone que esta empresa se convierta entonces en una compañía extranjera (israelí) en Palestina o en el caso contrario, será una compañía israelí que da empleo a palestinos". Por otra parte, David Simcha, presidente de la Cámara de Comercio Israelo - Palestina, es enfático al afirmar: "No nos separen, únannos” (Put us together, dont separate us). "Hay un gran volumen de intercambio comercial en alta tecnología (High Tech)". Los negocios pue
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